Los tramos de Vaquerías y Puente Colorado, en Acultzingo, Veracruz, son por ahora los dos puntos más peligrosos para los maquinistas que transportan cientos de toneladas de mercancías desde el puerto de Veracruz y Coatzacoalcos al Valle de México.
«Estos puntos ya se volvieron de terror, ahí hasta ponen piedras en las vías, montones, como si un camión de volteo descargara ahí las piedras. Y hay que detener la marcha del tren, a muchos nos han golpeado, nos quitan las pertenencias, el radio, hasta nuestros alimentos.
«Se nos hace extraño porque en ese tramo de vía no hay caminos o brechas como para operar camiones o camionetas, pero de todos modos roban el tren, y los delincuentes se van directo al polietileno, es lo primero que buscan», dijo a REFORMA un maquinista de Ferromex, que opera locomotoras de Veracruz al Valle de México.
Son turbas de entre 50 y 70 personas que se llevan en bestias y carretillas la mercancía que bajan del tren para después transportarla en vehículos, narró el operador, quien prefiere omitir su nombre por temor a estas bandas delictivas.
«Y no se van hasta dejarlo vacío», añadió, «los policías (estatales y federales) llegan y sólo los espantan, les piden que se vayan. Así nunca va a funcionar una estrategia de seguridad», reclamó.
El maquinista aclaró que para subir las cumbres de Acultzingo es necesario manejar el tren a 25 kilómetros por hora, velocidad que aprovechan los asaltantes para atacar.
«Hace unos días el señor Jaime Téllez, Secretario de Seguridad Pública del Estado de Veracruz, dijo que nosotros, los trabajadores, estábamos en complicidad con la delincuencia para los atracos al tren, que porque le bajamos la velocidad al tren.
«Esta persona desconoce muchas cosas técnicas de los trenes. Porque viajan en un promedio de 25 kilómetros por hora en las subidas por cuestión del tonelaje que se maneja. También por restricciones de seguridad de tramos en la vía», precisó el maquinista.
En los siete descarrilamientos que ha sufrido Ferromex en menos de un mes han sido cortadas las mangueras de freno o se han desprendido los clips que sujetan los rieles a los durmientes.
«Parece que quieren ocasionar una tragedia, no sé para qué, pero lo hacen con el permiso de las autoridades locales que saben quiénes son, de dónde son, a quién le venden la mercancía robada, pero no hacen absolutamente nada.
«Esta delincuencia ponía grasa al riel. El tren patina, se queda sin frenos o sin tracción, y hay que detener la marcha.
«Me tocó vivirlo en el kilómetro 262+500SC. Llevaba yo un tren intermodal con mercancía de importación. Ese tren trae licores, pantallas, perfumes, todo lo que se importa del puerto de Veracruz, y con la grasa me detuvieron la marcha del tren. Y, ahora sí, a robar a gusto», relató.
Lamentó que el radio que utilizan sólo tiene comunicación con el despachador, pero no con las autoridades.
El reglamento, explicó, menciona que, si el tren se detiene por cualquier cosa, el maquinista debe informar de inmediato al centro de despacho para que éste avise a las autoridades.
