– Para el autor del libro Introducción al Derecho Presupuestario debe extenderse la participación social en la definición de las políticas públicas de gasto e ingreso
– “Mientras se mantenga cerrado, el debate acerca del manejo del erario no generará ciudadanía”, sostiene el doctor en derecho Freddy Alberto Priego Álvarez
Por Guadalupe Elorza
Profesional en los campos financiero y tributario, doctor por la Universidad de Salamanca, catedrático e investigador de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, para Freddy Alberto Priego Álvarez no hay tiempo que perder en una materia fundamental para el ejercicio efectivo del poder en México: el involucramiento de la sociedad en el diseño y aplicación de los presupuestos públicos.
El entrevistado es autor del libro Introducción al Derecho Presupuestario, editado por Porrúa en 2004, y cuyos argumentos fueron pieza de análisis por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante la controversia constitucional que presentó el gobierno federal en contra de la resolución de la Cámara de Diputados por la negativa de reconocerle el llamado “derecho de veto” sobre el presupuesto de egresos del ejercicio fiscal 2005.
GE: ¿De qué trata el libro y por qué es importante en un tema que año con año genera encendidas polémicas, no solamente entre el Congreso y el Poder Ejecutivo sino entre la propia sociedad?
FP: En primer lugar, con el libro me propuse aportar un estudio monográfico, desde la perspectiva jurídica, para estudiar y entender a cabalidad la elaboración de los presupuestos públicos. Es decir, se trata de arrojar luz a los aspectos normativos del proceso, dirigido de entrada a especialistas en finanzas públicas y académicos de posgrado, con la intención de iniciar un debate de alcances más amplios.
GE: ¿Se refiere a permitir el involucramiento de la sociedad en las decisiones que implican los presupuestos públicos?
FP: Efectivamente. Me parece que, procediendo con método y orden, sería una manera de reducir la brecha que se ha abierto entre las decisiones que por ley se toman en los espacios de los poderes Ejecutivo y Legislativo y las opiniones de la sociedad que muchas veces expresa diversos grados de inconformidad, lo que deviene en lo que en el ámbito político se cataloga como una “disminución de ciudadanía”.
GE: ¿No podría eso provocar una especie de caos?
FP: Por el contrario. Me parece que al final del día tendríamos presupuestos en los que la sociedad ve reflejados sus intereses y preocupaciones, lo que trae consigo estabilidad y consenso, en la medida en que los presupuestos sean ejercicios que expresen la diversidad y la pluralidad que identifica a nuestra sociedad.
GE: ¿Existen antecedentes en el mundo que avalen esa idea?
FP: Así es. Y no tenemos que ir lejos por el ejemplo. En los Estados Unidos se da desde siempre una relación muy intensa entre los votantes y sus representantes, entre la sociedad y las autoridades, que en mucho contribuye a la gobernabilidad de nuestros vecinos. Para decirlo rápidamente, cada decisión acerca de las obras y acciones de gobierno va de la mano con un proceso permanente de consulta y deliberación. Es un modelo interesante que convendría analizar para tratar de establecer en México algo semejante a la brevedad.