José Sulaimán, entonces presidente del CMB (2012), denominó en la 50 convención anual del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) a Muhammad Ali como el “Rey del boxeo”. El púgil nacido en Louisville, Kentucky, el 17 de enero de 1942 falleció este viernes a causa de problemas respiratorios.
A lo largo de su carrera mostró una increíble velocidad de pies y manos. «Floto como una mariposa y pico como una abeja», así describía Alí su estilo de pelea. Su récord como boxeador profesional fue de 56 victorias, 37 de ellas fueron por la vía de cloroformo, y sólo cinco derrotas.
El 25 de febrero de 1964, un joven, con 20 peleas profesionales, maravilló a los expertos del boxeo tras de vencer, en siete asaltos, a Sonny Liston. Muhammad aquel día se convirtió por primera vez en campeón mundial de pesos completo y festejó con la frase: «¡Soy el más grande!, soy el más grande!».
El boxeador ostenta el récord de haber ganado tres veces el título mundial de los pesos pesados. Algo que por primera vez se vio en el boxeo. Se enfrentó a los mejores de su época como Joe Frazier, George Foreman, Ken Norton, Alfredo Evangelista, Earnie Shavers, entre otros.
En su era como púgil amateur, Muhammad obtuvo 100 victorias y sólo cinco descalabros. Con tan sólo 18 años de edad llegó a cima tras conquistar la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Roma de 1960 de peso semicompleto al derrotar Jeff Davis.
Además de adjudicó seis Guantes de Oro en Kentucky, dos Guantes de Oro Nacionales.
Siete años después de ganar el metal áureo en las olimpiadas, Ali se convirtió en un personaje influyente en la sociedad mundial. El boxeador se negó a participar en la guerra de Estados Unidos contra Vietnam porque su religión se lo prohibía. Fue suspendido cuatro años del boxeo y le retiraron su campeonatos tras su decisión, para él, la guerra no era la salida al conflicto.
Muhammad Ali se retiró en 1981 tras perder por decisión unánime con Trevor Berbick. Sin embargo, fue denominado como el “deportista del Siglo XX” por la BBC y «Sports Illustrated».
En 1984, se le diagnosticó el mal de Parkison, enfermedad con la que luchó por el resto de su vida.
En los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996) encendió la llama olímpica en el estadio. El 27 de julio de 2012, fue portador titular de la bandera olímpica durante las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres.
Se casó cuatro veces y tuvo siete hijas y dos hijos.