El entrenador mexicano José Luis ‘Chelís’ Sánchez Solá opina sobre la propuesta de eliminar el descenso deportivo en el fútbol de su país
El primer día que José Luis Sánchez Solá estuvo en Ciudad Victoria (Tamaulipas) compró un auto. El Chelís, como le apodan, se había hecho cargo del equipo de Correcaminos de la Segunda División. Era la primavera de 2012. Al otro día, el entrenador iría a recoger su auto, pero lo que se encontró fue con una concesionaria incendiada, destruida. Por la noche habían arrojado una granada, esa fue su bienvenida a una entidad vapuleada por la violencia del narcotráfico.
“A partir de ese momento no se volvió a hablar de ningún muerto, bomba o degollado. El estadio se llenaba con 13.000 o 14.000 aficionados. La gente estaba metida. Para mí era una gran satisfacción ver el pinche estadio lleno”, comenta Sánchez Solá a EL PAÍS. Los dueños de los equipos de Primera División del fútbol mexicano han analizado desaparecer el ascenso y descenso deportivo. El gremio de futbolistas, entrenadores y directivos de los clubes de Segunda –conocida como Ascenso MX – se han opuesto. “¡Qué descienda el equipo llámese América o Correcaminos si tiene que hacerlo!”, pide el entrenador.
“El fútbol tiene un peso social muy grande porque es un país que necesita de esa diversión, una diversión barata y está al alcance de muchas personas para entretenerse, para olvidarse de problemáticas que solamente el fútbol como entretenimiento puede hacer”, menciona Chelís y continúa “la Federación [Mexicana de Fútbol] no está siendo socialmente responsable porque solo está defendiendo los intereses de pocas personas, las televisoras que pagan por adelantado a los equipos por las transmisiones. Porque ven que su negocio puede desaparecer y entonces están apoyando una idea, o un tema para dos o tres, dejando a miles sin esa diversión”.
Los dueños de los clubes de segunda división se reunieron el pasado lunes para exponer su repudio ante una propuesta que plantea blindar a la Primera División para que ningún club pierda el prestigio, aumentar el número de equipos de 18 a 20 y congelar la Segunda División durante cuatro años con el objetivo de sustentar el fútbol mexicano.
“Le quitará competitividad porque el objetivo del ascenso es trascender. Al quitar eso, todos los equipos ya no van a querer invertir. Se dice que lo quieren hacer para sacar jugadores de fuerzas básicas, pero al hacer eso solo les conviene a los de Primera División. Si quieren formar jugadores tienen que quitar las reglas [como la que permite jugar con nueve futbolistas foráneos] para que más futbolistas mexicanos jueguen”, opina Gregorio Torres, quien ha jugado en Coyotes de Hermosillo, Correcaminos y Venados de Mérida.
La propuesta de desaparecer el descenso en México se filtró a los clubes de segunda división y estos lo difundieron a los medios. El fin de semana pasado, los jugadores mostraron su inconformidad desde redes sociales y los jugadores de ambas categorías se solidarizaron. Los futbolistas han sido asesorados y respaldados por la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales. Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, aseguró en conferencia de prensa que la discusión por el tema aún se mantiene abierta. El 1 de marzo se volverán a reunir. “El argumento que quieren utilizar para estabilizar un mejor fútbol, para darle más bases, para abolir los salarios altos, es pura demagogia”, considera Chelís.
“En el Ascenso el nivel de fútbol es un poco ríspido, las decisiones precipitadas porque hay muchos jóvenes y son menos experimentados. A los chavos los mandan ahí para que tengan más roce y continuidad. En Primera es más espectacular. Estar en Segunda significa tener un trabajo honesto y cuando te toca hay que aprovechar esas oportunidades”, comenta a este diario Joel Huiqui, exjugador de los Cafetaleros de Tapachula y de los Potros de la Universidad Autónoma del Estado de México.
“Hay que resolver otras 20 cosas antes que cerrar el descenso. En un país de casi dos millones de kilómetros cuadrados no solo se necesitan 18 equipos, se necesitan 36”, considera Sánchez Solá. Ahora mismo, en el Ascenso MX juegan 16 equipos de los cuales solo seis (Dorados, Bravos, Celaya, Atlante y Atlético San Luis) tienen el aval de la Federación para escalar a la Liga MX. Los requisitos son la solvencia económica, no pertenecer al mismo consorcio de un equipo de primera división y contar con un estadio de 20.000 lugares.
Para José Luis Sánchez Solá la decisión de los dueños del balón no solo afectará a los hinchas, futbolistas y directivos, también al ámbito político. “Sí o sí tienen que apoyar los gobiernos [estatales]. Cada equipo de la Liga de Ascenso necesita ese apoyo. Son votos a su favor. A lo mejor la gente no cree en el PRI o en el PAN, pero sí cree en los Venados o en Correcaminos”, comenta. El equipo ganador del torneo pasado, Alebrijes de Oaxaca, ha admitido que requiere del soporte del gobierno de la entidad para, por lo menos, aumentar el aforo de su estadio.
En una entrevista con la cadena ESPN, el seleccionador de México, Juan Carlos Osorio, se ha opuesto a la medida. “Las mejores ligas, incluyendo a la Premier League, una de las herramientas o de las razones por la que es tan competitiva es por el ascenso y el descenso. Saben exactamente las consecuencias nefastas de no tener un plan de trabajo desarrollado continuamente”, sentenció.