El acecho de los mosquitos siempre es un problema con el que tenemos que lidiar. ¿Sabes qué hacer para evitar las picaduras de mosquitos y qué hacer para calmar los síntomas si ya es demasiado tarde? Los especialistas del portal Dermatólogos en Mérida te lo dicen a continuación.
Con la llegada del verano proliferan los molestos mosquitos que junto con otras especies volantes, alteran nuestros reposos dominicales y nos pueden mantener despiertos en las calurosas noches estivales.
La mayoría de los insectos hematófagos necesitan inyectar una sustancia anticoagulante para permitir que su alimento, nuestra sangre, no se les coagule en sus delgadas trompas de aspiración. Esta saliva es la principal responsable de la reacción inflamatoria en forma de habón que provocan al picar.
En respuesta a esta noxa externa, debajo de la piel, nuestros mastocitos, células encargadas de la reacción alérgica, vacían su contenido de histamina, junto con otros mediadores de la inflamación.
Al contrario de lo que parece, la hinchazón que apreciamos en la zona de las picaduras de mosquitos, son una respuesta corporal más que la agresión del insecto en sí. En algunas enfermedades como la urticaria o el dermografismo, el propio cuerpo, sin causa externa alguna que lo estimule, reacciona provocando habones en distintas localizaciones que puede resultar desencadenados solamente por el roce a por alergencia a substancias internas.
Nuestros abuelos, que aprendieron asimismo de los suyos, ya utilizaban orines mezclados con barro para calmar el escozor de las picaduras de mosquitos o de otros insectos.
Sofisticadas barritas de bolsillo, con derivados amoniacales, de venta no sólo en farmacias sino también en supermercados, han desplazado al proceder de antaño. No son los barros ni el orín en sí mismo lo que calma la inflamación, sino el amoníaco en forma de urea y de nitratos que éstos contienen respectivamente.
También se desprende de la cultura popular el uso de dentífrico para calmar las molestias ocasionadas por una picadura de insecto. En efecto, el mentol, de la mentha piperita, tiene conocidas propiedades antipruriginosas, y de hecho es componente esencial de preparados dermatológicos de uso común.
En referencia a la prevención contra las picaduras de mosquitos o de otros insectos, cabe destacar que la mayor parte de lociones, cremas, geles y roll-ons con propiedades repelentes que se encuentran en las farmacias y supermercados contienen dietiltoluamida, y dimetilftalata; el benzoato de benzilo y algunos peritroides actúan también como repelentes de insectos.
Estas substancias resultan francamente útiles si se utilizan de una forma adecuada, pero en general producen un olor desagradable y obviamente sólo son eficaces donde hayamos llegado con nuestras manos al frotarlas. Como opción coadyuvante, y mucho más cómoda, ya que en lugar de frotar se ingiere, podemos utilizar las propiedades repelentes de la vitamina B6 que tiene la particularidad de eliminarse a través de las glándulas sudoríparas y a las pocas horas de haberla ingerido se desprende por toda la extensión de nuestra piel. Su mayor ventaja es no tener que aplicarla por toda la superficie corporal, ya que nuestro sudor la secreta de un modo difuso, y su peor inconveniente es que el olor que ahuyenta a los insectos a algunas personas les hace quejarse de una desagradable sensación de oler a medicamento.
Las personas propensas a sufrir picaduras de insecto y las que desarrollen intensas reacciones a ellas, deben evitar usar perfumes en el exterior, ya que estos, a menudo, actúan como atrayentes de insectos.