Una de las secuelas del Tren Maya, administrado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), es el despido de cuando menos 100 trabajadores ferrocarrileros de Yucatán y Campeche.

Debido a la construcción del proyecto, desde hace tres meses no hay movimiento de trenes y las actividades se han reducido al mínimo.

Esta semana dio inicio la liquidación de los ferrocarrileros de la sección 37 de Yucatán por la empresa Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, paraestatal del gobierno federal.

En septiembre pasado el presidente Manuel López Obrador afirmó que no se despediría a trabajadores al servicio del Estado, ni de base ni sindicalizados.

La mayoría de los trabajadores ferrocarrileros que se están desligando de su trabajo tiene más de 50 años, motivo por el cual consideran que es difícil conseguir un nuevo empleo a pesar de la experiencia que tienen.

Asimismo, la situación se agrava para las familias ahora exferrocarrileras por la pandemia que generó el coronavirus, ya que las empresas han disminuido sus contrataciones, lo que conlleva a futuros problemas económicos.

Los despedidos reciben dinero, fruto de su esfuerzo a lo largo de muchos años de servicio, pero se enfrentan a una incertidumbre laboral y a un país en crisis.

La terminación de contratos se inició en las instalaciones del Tren Maya-Fonatur que comparte con el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, en la calle 43 entre 44 y 46, y concluyeron en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.

Esta semana continuarían los despidos.