En las sombras de la pandemia que asola al mundo, el eco de la advertencia de la Organización Mundial de la Salud resuena con gravedad. Después de las festividades de Navidad y Año Nuevo, un oscuro incremento de casos de COVID-19 ha tejido su red en México, empujando la ocupación hospitalaria a nuevas alturas.
Según las cifras emanadas del Sistema de Información de la Red IRAG (Infección Respiratoria Aguda Grave) de la Secretaría de Salud, hasta el 12 de enero pasado, 16 hospitales del país se hallan en el umbral crítico del 100 por ciento de ocupación en camas de hospitalización general. Tres más, con ocupación entre el 70 y el 94 por ciento, también enfrentan una carga asfixiante.
Los dedos de esta crisis se extienden principalmente sobre Hidalgo, Sonora, Michoacán, Oaxaca y Guanajuato, donde la disponibilidad de camas para pacientes está en niveles alarmantemente bajos o nulos.
En el complicado ballet de la adversidad, las camas con ventilador se ven reclutadas en esta desoladora sinfonía. Solo tres unidades médicas presentan un 70 por ciento o más de ocupación, excluyendo las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), que quedan en la penumbra de esta trágica representación.
La cruda realidad se manifiesta en los nombres de los hospitales saturados, aquellos que llevan el peso del 70 por ciento o más de ocupación en sus hombros: ISSSTE Ixmiquilpan, en Hidalgo. IMSS Hgz 21 Tepatitlan, en Jalisco. Hospital Privado de Hermosillo S.a. de C.v. Cima, en Sonora. IMSS Hes 71 Torreon, en Cohauila. Hospital Comunitario San Diego de La Union, en Guanajuato. IMSS-Bienestar Plan de Arroyos, en Veracruz.Hospital General de Pátzcuaro, en Michoacán.
Además: Hospital General de Tulancingo, en Hidalgo. Hospital General del Estado Dr. Ernesto Ramos Bours, en Sonora. Hospital General San Pedro Pochutla, en Oaxaca. ISSSTE Pátzacuaro, en Michoacán. Hospital de Especialidades Pediatrico León, en Guanajuato. Hospital Comunitario de Villa Sola de Vega, en Oaxaca. Hospital General Dr. Manuel Gea González, en Ciudad de México. IMSS Hes Puebla. Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, en Oaxaca. ISSSTE Morelia, en Michoacán (94 por ciento). ISSSTE Dr. Aquiles Calles Ramirez, en Nayarit (70 por ciento). Y el Centenario Hospital Miguel Hidalgo, en Aguascalientes (70 por ciento).
Entre la penumbra y la esperanza, algunos hospitales respiran con dificultad, con una ocupación que oscila entre el 50 y el 70 por ciento, un delicado equilibrio entre la capacidad y el desbordamiento: ISSSTE Zitácuaro, en Michoacán (67 por ciento). Hospital Comunitario Romita, en Guanajuato (67 por ciento). Hospital Regional Universitario, en Colima (50 por ciento). ISSSTE Dr. Columba Rivera Osorio, en Hidalgo (50 por ciento).
Asimismo: ISSSTE Zacatecas (50 por ciento). IMSS Hgr1 C. Obregón, en Sonora (50 por ciento). Hospital General de Zona No. 1, en Colima (50 por ciento). IMSS Hgz 2 Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas (50 por ciento).
En este drama sin guión, el telón de la tragedia se alza sobre estos hospitales, testigos silenciosos de la lucha contra un enemigo invisible que desafía las barreras de la comprensión y la resistencia humana.