Malas conductas de parte de agentes y oficiales de la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) han sido documentadas por la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Justicia de EU al menos desde 2015. Manejos irregulares en la contratación y utilización de fuentes confidenciales, nepotismo, favoritismo, encubrimiento y diversas indisciplinas, como llegar a trabajar bajo el influjo del alcohol o solicitar servicios de prostitución, son algunas de las conductas señaladas por la OIG a la DEA.
Uno de los documentos relata que, en 2018, la OIG inició una investigación luego de recibir información a través de la línea telefónica que tiene abierta para recibir todo tipo de denuncias, donde se aseguraba que, seis años antes, un agente especial de la DEA había solicitado servicios de prostitución en una “ciudad importante de Estados Unidos”, de la que no se dieron más detalles.
“Durante el curso de la investigación, la OIG supo que el agente especial informó sobre su indisciplina en 2012 a un (superior) entonces agente especial asistente a cargo quien, supuestamente, no reportó la información sobre la mala conducta del agente especial a un supervisor apropiado o a la Oficina de Responsabilidad Profesional de la DEA (OPR, siglas en inglés)”, detalla el reporte.
En otra situación de indisciplina, un agente especial a cargo adjunto fue descubierto mientras participaba en actividades sexuales al aire libre en un parque y uno de sus superiores le ayudó a encubrir el hecho.
“La OIG encontró indicios de que el supervisor inmediato del agente especial asistente a cargo (…) no informó adecuadamente el contacto del agente especial asistente a cargo con la policía local a la Oficina de Responsabilidad Profesional de la DEA, y proporcionó declaraciones falsas durante su entrevista con la OIG sobre la conducta de (su subordinado)”, explica el resumen de la investigación fechado en 2019.
Ese mismo año, el órgano de control del Departamento de Justicia estadunidense reportó el caso de un oficial de alto rango de la DEA que incurrió en actos de nepotismo.
La denuncia recibida por la OIG alega que este alto funcionario de la agencia antinarcóticos reclutó a su hijo como contratista bajo su cadena de mando en la corporación.
En ese mismo sentido, se detalla que también contrató a la esposa de un alto funcionario jubilado de la DEA. Además de que en algún momento, que no se detalla con precisión, “llegó a trabajar bajo los efectos del alcohol y el supervisor de este alto funcionario de la DEA, un miembro del Servicio Ejecutivo Superior, sabía de esta mala conducta y no tomó ninguna medida o no intervino”.