Una de cada diez madres tiene síntomas depresivos tras la llegada de un nuevo hijo; y, lo que resulta nuevo para casi todos: los hombres pueden también experimentarlos, aunque con mucha menor frecuencia.
La depresión postparto se manifiesta en algún momento entre las primeras seis semanas tras el parto, aunque puede aparecer hasta un año después. No se resuelve rápidamente y puede empeorar si no se trata.
Si el parto ha sido traumático o doloroso, es mucho más probable que la madre sufra el trastorno. Algunos medicamentos inhiben la producción natural de hormonas, como la oxitocina y las endorfinas, y pueden afectar al vínculo madre-hijo. La madre podría atravesar una de las peores temporadas de su vida, sin tiempo para ella misma o para descansar.
Si piensas que puedes tener una depresión postparto, es importante que hables con un profesional y no tratar de curarte tú sola pensando que el problema pasará. La depresión, es una enfermedad como cualquier otra y cualquiera puede caer enfermo. Por tenerla no vas a ser una mala madre, ni nada parecido.
En la depresión postparto, el autocuidado es fundamental. Aunque te falte tiempo por todos lados, debes dar prioridad a tu propio bienestar mental, recomienda María Julieta López Semerena.
Come bien
Compra cosas sanas para picar y llena la nevera de cosas nutritivas y fáciles de preparar. Huye de galletas y chocolates, que te darían un poco de energía muy corto y seguido de una caída de azúcar.
Haz ejercicio con regularidad
Tus rutinas de ejercicio anteriores al embarazo estarán fuera de cuestión, pero piensa en uno de esas cunas colgantes que te permiten salir al aire con el bebé. Caminar tiene un efecto significativo en los síntomas de una depresión
Pide ayuda
Si llega una visita, pídele que encienda la cafetera o que cuide un rato al bebé mientras te das una ducha. Si alguien te invita a comer, di que sí; ya te tocará a ti el turno de ayudar.
Procura no estar sola
Busca nuevos amigos en los grupos de ayuda, como foros o grupos de algún interés concreto. Es importante que te apoyes en personas que no necesariamente estén en tu misma situación, pero con quienes puedas tener un interés común.
Respira profundamente
El sencillo respirar lentamente, inhalando al máximo y expeliendo pausadamente el aire es beneficioso en cualquier circunstancia, y especialmente cuando estés deprimida. Durante esas inhalaciones se segrega oxitocina, la hormona de la tranquilidad, la calma y el amor.