El conductor con más experiencia, la operadora del programa Atenea, los mecánicos de la paraestatal y y hasta el Club de Fans, todos celebran hoy los primeros 20 años de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP).
Camiones naranjas, con franjas verdes y blancas, comenzaron a circular por el entonces Distrito Federal el 1 de marzo del 2000, como un organismo descentralizado con cuotas accesibles.
«Para mí es un orgullo poder trabajar aquí, desde que inició este programa mandé mi solicitud y hasta hace tres años, por fin, me mandaron a llamar», asegura Guadalupe Martínez, desde uno de los 151 camiones rosas que sólo aceptan mujeres y personas de la tercera edad en sus 52 rutas.
Martínez opera en la Ruta 30 y es una de las 147 mujeres conductoras que existen en toda la red.
Ahora son 2 mil 682 operadores del programa Atenea, servicio que inició en 2008 con 67 autobuses y 23 rutas.
En sus módulos, unidades y tequios sabatinos se tejen historias que no son contadas al perderse en la cotidianidad, pero ocurren casi a diario y durante las 24 horas.
«Tenemos el patio con las unidades disponibles, oficinas, dormitorios, taller mecánico, despacho de unidades y área de recaudación.
«En la mañana, el movimiento de las rutas del día empieza como a las 4:00 horas, pero a esa hora todavía hay flujo de vehículos y personas por el servicio Nochebús, el módulo nunca duerme», asegura el ingeniero Leonardo Cruz, desde el módulo 1, en Cuajimalpa.
Cruz expone el trabajo de quienes no conviven con usuarios, pero tienen un papel fundamental para el funcionamiento de la red, desde despachar las unidades con sus boletos y sus alcancías vacías, recibir los camiones que presenten alguna descompostura y darles entrada al término de su jornada, para desmontar las alcancías que luego viajarán al centro de monedas.
Atrás quedó aquel 1995, cuando la Ruta 100 quebró y entraron nuevos conductores.
«Fue una época muy dura. Recuerdo que cada 15 días había mucho temor, porque aparecían unas listas con los nombres de operadores a los que mandaba a llamar en la Dirección. Luego nos enteramos que los daban de baja, en ese entonces sentíamos angustia.
«No teníamos ni prestaciones, ni identidad, no éramos Ruta 100, pero tampoco RTP porque se creó hasta cinco años después. Ahora es diferente, nos tocó estrenar nuevas unidades después de 10 años y tenemos todas las prestaciones», recuerda Alfredo Abad, quien tiene la credencial número 1 y lleva 25 años manejando los autobuses que heredaron de Ruta 100.
La RTP inició operaciones con 2 mil 600 trabajadores, 860 autobuses distribuidos en 75 rutas, 7 módulos operativos y 3 talleres especializados. Hoy, la Red ya tiene 103 rutas y mil 327 unidades.
Es todo ese músculo el que llevó amantes de la red y de sus unidades a crear el Club de Fans de RTP en 2013.
«La pasión por la cual soy aficionado de RTP viene desde los inicios, desde la época naranja, porque mis papás viajaban muchísimo en ellos. Empecé a tomar fotografías y colecciono boletos.
«Entonces ,dije ‘¿por qué no crear un grupo donde se compartiera la misma afición?’. Aunque yo no llegué a pensar que hubiera más gente que le gusta esto de RTP», cuenta Joaquín Pérez, administrador del Club de Fans.
A su lado, otros miembros del club presumen sus camiones a escala, en los que cada detallado fue cuidado, desde la colación de los asientos, hasta el color que es el mismo que el de las unidades.
«Son autobuses de juguete, pero se hacen las modificaciones pertinentes, se pinta con aerosol. Yo le pongo accesorios, espejos, alcancías, volantes, las llantas que se adquieren a parte», aseguró Erik Colín al presumir su replica en medio de los boletos de hace 20 años.
Estás historias dan vida a la RTP y todos ellos consideran que el organismo -como sus camiones- tiene un camino por recorrer.
«Ya se ve el pago electrónico y veo que contratan a nuevos operadores. Yo les digo vamos por otros 20 años y más», afirma Alfredo al terminar su jornada laboral.