Para despedirla, su ex empleadora fue tajante: «el Gobierno dijo que te ayudará… ¿y dónde dice que yo te tengo que dar dinero, si yo voy a hacer el trabajo que haces?».
El 1 abril dejó de trabajar aseando esta casa en Polanco. Fue la última, pues las otras en las que alternaba lo habían hecho antes. La joven asegura que sólo tiene para mantenerse esta semana.
María Isidra Llanos, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, asegura que la situación es grave actualmente y que temen que haya más despidos en la fase más crítica de la pandemia.
Desde que el Gobierno emitió decretos para asegurar el cierre de establecimientos no esenciales, empleadores comenzaron a despedir a trabajadoras del hogar.
De acuerdo con cifras del Sindicato, 99 por ciento de las trabajadoras del hogar no cuentan con contrato y hasta 97 por ciento carece de seguro social, a pesar de las reformas que impulsan para lograrlo.
A otra madre soltera que era empleada en la Alcaldía Miguel Hidalgo le dijeron desde el 15 de marzo que ya no podría salir, pues la familia que la contrató le dijo temer que ella al trasladarse en transporte público pudiera contagiarlos.
Fueron jornadas sin horario, por el mismo sueldo y con la obligación de sanitizar varias veces al día toda la casa, la ropa, juguetes, vehículos y objetos que le fueran indicados.
La mujer acusó que no tuvo descanso en casi tres semanas, que estuvo expuesta porque sus empleadores viajaron al extranjero y que, finalmente, hace dos días la despidieron.
«Aunque exista el miedo de que puedas ser contagiada, a veces te expones, porque pensamos: ‘si no me mata el virus me va a matar el hambre, a mis familiares qué les voy a dar de comer'», concluye María Isidra.
