La diabetes es un trastorno que viene dado por la presencia anormalmente elevada de azúcar en la sangre. En el caso de la diabetes gestacional se produce un alto nivel de glucosa en sangre durante los meses de gestación. Afecta a un 4% de las mujeres embarazadas y generalmente se presenta en el séptimo mes, desapareciendo tras el parto suele desaparecer, sin necesidad de tratamiento.
Los síntomas suelen pasar inadvertidos y de ahí el riesgo de que no se trate y, por lo tanto, que afecte de forma negativa al feto.
Síntomas de la diabetes gestacional
La diabetes gestacional es un trastorno difícil de identificar, puesto que su manifestación es muy leve e incluso inapreciable. Algunos síntomas pueden ser la visión borrosa, fatiga, sed y ganas de beber mucha agua, incremento de la micción, náuseas, vómitos y pérdida de peso.
Ante esta ausencia de síntomas claros, la diabetes gestacional se diagnostica por medio de una prueba de rutinario en sangre que se realiza a todas las mujeres embarazadas, consistentes en controles de glucemia basales y/o tests de sobrecarga con 50 g de glucosa conocido como Test o Prueba de O’Sullivan. Esta prueba consiste en determinar el nivel de glucemia en sangre después de ingerir 50gr de glucosa, independientemente del momento del día y de la ingesta previa de alimentos. Se considera patológico si el resultado es igual o superior a 140mg/dl. Esta prueba se realiza, generalmente entre la semana 24 y 28 de gestación y en caso de alto riesgo (mujeres de 35 años o más u obesidad), se realiza entre las semanas 10 y 12.
Si el resultado es positivo, hay que realizar una nueva prueba confirmativa con la paciente en ayunas y sin haber realizado dieta los días anteriores. Antes de la primera ingesta de glucosa se extrae sangre y a continuación se le administra 100 gramos de azúcar diluida en líquido. Una hora más tarde, dos horas y tres horas siguientes, se le realizan nuevas extracciones para medir su glucosa. Durante este tiempo la paciente deberá estar en reposo para no alterar los resultados. Esta prueba se conoce como “curva larga de glucosa”.
Dos resultados o más mayores a los valores de referencia de la curva (105 mg/dl, 190 mg/dl, 165 mg/dl y 145 mg/dl) se considera un resultado positivo (diabetes gestacional). En el caso de que sólo haya habido un resultado mayor o igual a los valores de referencia, estamos hablando de intolerancia a los hidratos de carbono y la prueba deberá repetirse a las tres o cuatro semanas, además de establecer un control dietético para la paciente.
Tratamiento de la diabetes gestacional
El tratamiento de la diabetes gestacional consiste fundamentalmente en control de la dieta, ya que la medicación a base de hipoglucemiantes orales no está indicada en el embarazo. Respetando la dieta se podrá regular el metabolismo de la madre y permitirá un desarrollo adecuado tanto de la gestación como del propio parto.
Durante el embarazo se produce un incremento de peso en la madre de unos 400 gramos semanales en el tercer trimestre. Para mantener una dieta equilibrada durante la gestación, se recomienda hacer seis comidas diarias, debiendo ser la comida y la cena las ingestas más calóricas para no pasar largos periodos de ayuno. En algunos casos, la madre puede comprobar su nivel de azúcar con autoanálisis domiciliario mediante un medidor de glucemia y podrá comparar sus datos con el valor ideal. En el caso de que supere dicho valor y la dieta haya sido estricta, se tendrá que aplicar insulinoterapia porque la dieta controlada no es suficiente.
Además, es imprescindible un riguroso seguimiento durante el parto porque el exceso de glucosa de la madre conlleva bebés de un tamaño más grande de lo normal (macrosomía) que, en el parto, puede provocar traumatismos, distocia de hombros (cuando ya ha salido la cabeza, pero los hombros se quedan encajados en el canal del parto) y la consiguiente intervención por cesárea… Si la madre ha recibido insulina durante el embarazo, se controlará cada hora el nivel de glucosa del bebé para evitar una posible hipoglucemia neonatal y se administrará azúcar o insulina según su necesidad.
Igualmente, tras el parto hay que vigilar el nivel de azúcar en sangre porque, aunque la mayoría de las veces vuelve a la normalidad, hay que realizar una analítica a las seis semanas del parto para reclasificar a la madre.
Causas de la diabetes gestacional
Este tipo de diabetes tiene su origen en la resistencia a la insulina por parte de la madre. Para que el feto se desarrolle adecuadamente, el organismo de la madre se prepara metabólicamente para disponer de las reservas necesarias que permitirán el crecimiento del bebé. Por este motivo, las hormonas de la placenta -como el estrógeno, el cortisol y el lactógeno- bloquean la acción de la insulina de la madre para aumentar los niveles de azúcar en su sangre y, así, estar disponibles como reserva para el bebé. Este proceso se conoce como insulinorresistencia.
Pero puede ocurrir que no haya suficiente insulina para contrarrestar el efecto de las hormonas placentarias, dando como resultado una diabetes gestacional. En la mayoría de los casos tiene las mismas características que una diabetes tipo II.
Prevenir la diabetes gestacional
Para prevenir la diabetes gestacional, la mujer debe controlar el peso durante el embarazo y seguir una dieta equilibrada, dos aspectos relativamente sencillos que, si se cumplen, nos ayudará a tener un embarazo saludable. Durante los nueve meses de gestación la mujer debe seguir unas sencillas pautas de dieta:
Dividir las comidas en seis ingestas diarias, espaciadas en tramos de dos horas, siendo la comida y la cena las dos comidas principales para evitar una hipoglucemia por el período de ayuno especialmente largo por la noche y por el mayor desgaste calórico durante el período de mayor actividad en las horas centrales del día.
Debe seguir una dieta rica en frutas y verduras, con presencia regular de carnes y pescados blancos (pollo, pavo, merluza, lubina, …).
Elegir métodos de cocción bajos en grasas: plancha, vapor, hervidos.
Evitar dulces, refrescos, zumos elaborados y la repostería industrial.
Mantener un consumo adecuado de calcio a base de yogures, queso, leche… a poder ser desnatados.
Realizar ejercicio suave de forma regular: caminar media hora diaria, nadar o practicar yoga o Pilates.
¿Qué pronóstico ofrece la diabetes gestacional?
La diabetes gestacional conlleva ciertos riesgos, tanto para la embarazada como para el desarrollo adecuado del embarazo. Se pueden presentar trastornos de la concepción, abortos espontáneos y una mayor incidencia de diabetes mellitus en la madre tras el parto.
Con respecto al bebé, el principal riesgo de la diabetes gestacional es que incrementa las probabilidades de que en la edad adulta desarrolle una diabetes y tenga tendencia a la obesidad. Además, puede ocasionar un retraso en el crecimiento, malformaciones congénitas, un tamaño más grande de lo que le corresponde a su tiempo de gestación, nacimiento prematuro y, en casos graves, muerte fetal.
Para un control o detección de alguna deficiencia de salud acuda a un ginecólogo