Sentir que oímos peor que antes es una sensación que todo el mundo ha tenido alguna vez en su vida. La hipoacusia es la disminución de la sensibilidad auditiva, que puede ocurrir en un oído o en ambos, siendo unilateral o bilateral. Las causas pueden ser variadas, así que lo primero que debemos de hacer es acudir al médico para saber si nos tenemos que preocupar o no.
Muchas veces se produce esta pérdida de audición por los habituales tapones de cerumen o las tan molestas otitis, pero hay otras causas más graves que provocan este síntoma. Una de ellas es la sordera neurosensorial aguda, una patología en la que el tiempo de actuación es vital y que puede representar una emergencia médica.
A la hora de llegar a un diagnóstico, el médico en consulta presta atención a si la sordera es conductiva o neurosensorial y cuál es el tiempo de evolución, para saber si está ante una hipoacusia aguda o crónica. Si lo unimos a la historia clínica y los antecedentes personales y familiares del paciente, llegar a una aproximación diagnóstica es más fácil. Manejar cada hipoacusia depende de su causa y del tipo de sordera que produzca.
Tipos de hipoacusia
Las causas más comunes de la hipoacusia conductiva son el tapón de cera y la existencia de un cuerpo extraño en el oído. La exploración médica se realiza observando el aspecto que tiene el conducto auditivo externo y la membrana timpánica. Se mira si existe perforación y si hay ocupación o no del oído medio y/o externo a través de una otoscopia.
En el caso del tapón de cera el médico lo extrae con irrigación, manipulando con un ganchito o mediante aspiración. Si el tapón está duro hay que reblandecerlo primero y después proceder a la irrigación con agua templada, para no provocar vértigo. El uso de gotas óticas para eliminar el cerumen incrustado está recomendado y da muy buenos resultados. El especialista tiene cuidado en no irrigar si existe perforación timpánica ni si existe otitis aguda, ya sea externa o media. En el caso de que haya un cuerpo extraño se extrae con una cureta o ganchito, si es posible.
Si esta hipoacusia se da con otalgia el médico puede sospechar de una otitis aguda, externa o media. En este caso lo más normal es que realice una limpieza y mande un tratamiento antibiótico. El paciente debe evitar que le entre agua en los oídos y limpiarse con un bastoncillo.
La hipoacusia neurosensorial hace referencia a los casos en los que está dañado el oído interno, las vías nerviosas o en la región cerebral encargada de recibir la estimulación auditiva. En el supuesto de que sea aguda es importante que el médico descarte un neurinoma del nervio acústico, que sólo se resuelve con cirugía. Cuando el paciente tiene acúfenos, una sensación de plenitud ótica y están afectadas sobre todo las frecuencias bajas, hay que descartar también la enfermedad de Ménière.
En los casos de pacientes ancianos que presentan una sordera neurosensorial crónica, bilateral que les impide entender una conversación cuando hay ruido, hay que valorar la posibilidad de colocación de prótesis auditivas.
Por lo general las sorderas agudas requieren de una rápida actuación, pero la crónica no suele presentar emergencias médicas. Una de las causas más comunes de sordera es la que se produce en personas expuestas a ruidos constantes en el trabajo y también durante el ocio. Si sientes que cada vez oyes peor es el momento de acudir a consulta con el otorrinolaringólogo.
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