Minutos antes del inicio de la conferencia de prensa matutina, ambos mandatarios realizaron honores cívicos, al escuchar los himnos nacionales de los dos países.
A la llegada de Fernández a Palacio Nacional, apenas despuntaba el amanecer, ya lo esperaba el anfitrión tras la puerta del ala lateral de la sede del gobierno mexicano.
—¡Mi gran amigo!, respondió el argentino al extender la muestra de afecto, tomando al jefe del Ejecutivo por los brazos.
—¿Cómo estás?, preguntó el invitado.
—Bien, bien, respondió el mandatario mexicano.
Después de los honores, interpretados por una banda del Ejército, ambos subieron por las escalinatas del Patio de Honor. Luego aparecieron por los pasillos de Palacio rumbo al Salón Tesorería; el anfitrión le mostró al argentino brevemente una parte de los murales de Diego Rivera.
Fernández será también invitado especial en la conferencia matutina, dedicada los martes al Pulso de la Salud.