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Continúa la represión policíaca en Kanasín

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Represión y constantes violaciones a los derechos humanos viene llevando a cabo la policía del Estado de Yucatán en Kanasín, allanamientos de morada sin orden judicial, violaciones al derecho de libre tránsito, tortura física y psicológica, interrogatorios ilegales por agentes encapuchados y constantes amenazas a quien los exhiba o denuncie.

Vecinos del fraccionamiento las Palmas San Pedro se han vuelto objeto de represión por parte de la policía estatal y municipal después de haber denunciado públicamente las malas prácticas policiales y las señas obscenas que recibieron mujeres y niñas por limpiar, el predio #362 de la calle 23-b por 4 y 4-a que es un basurero abandonado por propietarios y autoridades.
Aseguran que el problema lo iniciaron unas vecinas invasoras de nombre Gabriela Gamboa y Beatriz Cetina, quienes “tienen algo más que una amistad” con algunos elementos policiacos, al parecer y querían invadir el predio en cuestión.
El señor Gonzalo Martínez Solís, quien fue detenido indebidamente e incomunicado, señala que recibió una llamada de su esposa Margarita Celmo, diciéndole que la policía municipal y estatal pretendían llevar detenidas a las personas que estaban limpiando la casa abandonada, que los oficiales se estaban portando groseros con las mujeres y niñas presentes.
Media hora después llegó don Gonzalo al lugar, en donde pidió a través del servicio de Emergencias 911 la intervención de la policía estatal, explicando el grosero proceder de los agentes municipales, pero también desconociendo que la policía estatal había estado involucrada en el asunto y son “amigos extra personales” de las señoras invasoras según los vecinos del rumbo, para sorpresa de los afectados llegaron los agentes que minutos antes habían cometido las groseras agresiones a las jovencitas que grababan los vídeos testimoniales, por los que llegaron directo a detener a quien los pidió ayuda, para simular que hacían una detención legítima se llevaron en una unidad al señor Martínez Solís y en otra al padre de Gabriela Gamboa invasora de predios, los testigos presenciales aseguran que en quince minutos el segundo regresaba para hacer burla por lo sucedido.

El entonces detenido Gonzalo Martínez argumenta que policías encapuchados con pasamontañas lo interrogaban ilegalmente diciéndole cosas como “sabemos que vendes drogas”, “habla ya te pusieron el dedo” y “vamos a ir a tu casa a catear y si encontramos algo vamos a involucrar a tu mujer”. Mientras esto le sucedía al afectado, su esposa y demás vecinos acudieron a la inoperante agencia 23 de la fiscalía general del ministerio público, lugar donde se negaron a tomar las denuncias de los vecinos que se sintieron agraviados por los actos obscenos de los agentes policiacos.

Como sucede recurrentemente en este país de la impunidad, no se ha castigado a los agente por insultar y hacerle señas obscenas a las niñas, acción que es una grave violación a los derechos de los niños y que viola el artículo primero constitucional y todos los tratados internacionales en derecho humanos, tampoco han habido disculpas públicas del director de seguridad pública del Estado de Yucatán, Luis Felipe Saiden Ojeda, el director de seguridad del municipio de Kanasín, Mario Humberto Caamal Salas, el regidor de seguridad y transporte Joshio Aaron Franco Betún y del Alcalde William Pérez Cabrera. Lejos de las sanciones correspondientes hacia “los ejemplares” agentes o disculpas públicas, todas las noches desde que fue liberado el señor Martínez Solís, su casa ha sido allanada en las noches en un acto represor, intimidatorio y violatorio a los derechos de su familia.

Que vergonzoso que los agentes de la policía lleven al plano personal un asunto para beneficiar a sus “amiguitas especiales” tendrían por ley y ética que tomar con profesionalismo la labor de seguridad, pero aún más la de prevención al delito, sin embargo, el ejemplo lo ponen los altos mandos que hasta uniforme y trabajo de secretarias les dan a sus “espaciales amiguitas” como el caso del comandante Mario Humberto Caamal Salas.

De igual forma la policía estatal muestra ser un fracaso, una simulación, al estar criminalizando al ciudadano fabricando delincuentes, teniendo en total conocimiento nombres, direcciones y formas de operar de personajes que la ciudadanía señala cómplices de autoridades municipales y estales. ¿Acaso hay que agarrar de la manita a los inocentes e ingenuos policías estatales para llevarlos hasta donde está la verdadera delincuencia? ¿Acaso el C4 no ha hecho bien su trabajo de inteligencia policíaca o se le perdieron los datos? ¿Significa entonces que la seguridad pública en Kanasín los responsables lo volvieron una cuestión de faldas? Aclarando, por supuesto, que cualquier parecido en el asunto con el regidor de seguridad es pura coincidencia.

Fuente: Tu Espacio del Sureste

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