Con la rehabilitación de áreas naturales protegidas como el Cerro de la Estrella, en Iztapalapa, el Gobierno capitalino prevé crear un corredor ecológico que, desde la Sierra de Santa Catarina y hasta el Canal Nacional, una diversos pulmones urbanos atravesando diversas alcaldías.
En 2019, en estas áreas naturales se invirtieron hasta 60 millones de pesos para rehabilitarlas: en el caso del Cerro de la Estrella, ello consistió en intervenir dos de las seis subcuencas de este punto geográfico, cuyos escurrimientos impactan las colonias aledañas debido a la erosión del suelo, que acelera los flujos pluviales e inundan la zona.
«El Cerro de la Estrella tiene una relación directa con el Canal Nacional, que también se está rehabilitando, y también con la Sierra de Santa Catarina, que también tiene ahorita un trabajo importante de rehabilitación socioambiental. Estamos buscando cómo conectar estas áreas a través de infraestructura verde, una conectividad ecológica de estos sitios», explicó Rafael Obregón, director de Áreas Naturales Protegidas de la Secretaría de Medio Ambiente capitalina.
En este cerro, que además cuenta con patrimonio cultural y arqueológico, se invirtieron 20 millones de pesos para la rehabilitación de las subcuencas 5 y 6, hacia el norte, en las que se incluyeron ecotecnias como biozanjas, pozos de absorción y muros para retener en la medida de lo posible los escurrimientos.
«La realidad es que existe una conectividad natural que se ve alterada por la urbanización y lo que queremos es que se mejore: en lugar de causar desastre y poner en riesgo a zonas enteras, que se convierta en un factor de valor con el rescate de la zona y dejar de pelearnos con el ciclo del agua», detalló Obregón.
Este año, se prevé rehabilitar dos subcuencas más, algunas de las cuales cuentan con inclinaciones que hacen aún más peligrosa la aceleración del agua.
«Es un espacio que la gente de Iztapalapa usa muchísimo para actividades deportivas y recreativas, entonces es necesario dignificar el espacio, mejorar las condiciones ambientales e involucrar a la gente en la conservación de sus áreas verdes», precisó Gustavo Madrid, arquitecto encargado del proyecto.
Adicionalmente, se recuperaron los circuitos de trote y caminata de ambas subcuencas, 5 y 6, mediante intervenciones que implicaron la consolidación mediante grava, tierra y arena; se instaló mobiliario nuevo y se crearon jardines de polinizadores y de cactáceas, con especies como agave pulquero, nopal, huizaches y escobillas, entre otras especies nativas.
En última instancia, aseguró Obregón, el objetivo de la rehabilitación será que los propios habitantes se apropien de los espacios y los protejan.