Las palas mecánicas volvieron a Tempiluli.
Viviendas construidas ilegalmente en 48 hectáreas de esta zona de Tláhuac -considerada suelo de conservación- fueron derribadas ayer bajo el resguardo de 2 mil policías.
Escena similar a la de julio de 2015, cuando la maquinaria también demolió las construcciones, pero que por falta de resguardo, limpieza y recuperación ambiental del terreno, fue retomado nuevamente por los fraccionadores irregulares.
En el lugar se contabilizaron 195 casas, en su mayoría con paredes de tabique y techos de cartón. Al cierre de la edición se reportaba el derribo de 70 por ciento de estas.
«Nadie nos avisó nada ni nos dijeron algo», aseguró José Garza, quien residía desde hace tres años en esta zona de humedales.
«Sólo hoy en la mañana vimos que llegaron los policías y entraron máquinas para demoler y empezaron a derrumbar las casas sin dejar sacar las cosas».
También igual que hace cinco años, los habitantes aseguraron que compraron los inmuebles sin saber que eran irregulares.
Tempiluli es una zona de humedales que desde 2006 comenzó a ser rellenada clandestinamente para, ya con suelo firme, comenzar a fraccionar.
Desde el primer desalojo, los mismos habitantes acusaron tolerancia de las entonces administraciones delegacionales, que permitían que creciera la ocupación y hasta la dotaban de servicios. A cambio, tenían que sumarse a actividades políticas.
«Se llevó a cabo el fraccionamiento, promoción y venta ilegal de terrenos por metro cuadrado para la construcción de viviendas, lo cual representa además de un delito, un fraude para quienes realizaron alguna compra en el lugar», aseguró la CDMX en un comunicado.
Ayer, personal de la Secretaría de Gobierno fue desplegado para aclarar dudas a los afectados.
La maquinaria la puso la Secretaría de Medio Ambiente y tanto la de Obras como la de Inclusión y Bienestar Social se encargaron del traslado de los enseres hallados en las casas a un campamento del Sistema de Aguas.
Una brigada del Instituto de Vivienda permaneció en el lugar para atender solicitudes de renta, sin que alguien se inscribiera para recibir el apoyo.