Ocho de cada 10 trabajadores en México terminaron el año pasado con remuneraciones por debajo de los dos salarios mínimos, reporta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta situación implica que 78.2 por ciento de quienes se emplean en el país generan ingresos laborales para mantener a sus familias por menos de 7 mil 394 pesos fijos al mes, mientras la línea de pobreza urbana fue de 3 mil 295.65 pesos en diciembre pasado.
De hecho, prácticamente una cuarta parte de los trabajadores en el país, 23 por ciento, terminó el año pasado percibiendo ingresos menores a un salario mínimo, de acuerdo con datos del organismo. Un año antes fue 19.9 por ciento. En medio se encuentra un incremento de 20 por ciento al ingreso base, pero también la crisis derivada del cierre económico del año pasado.
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Generación muestran que al cierre de 2020 creció 10.7 por ciento el número de personas que se emplean por menos de un salario mínimo y 3.9 por ciento el de quienes lo hace por un pago de entre uno y menos de dos; mientras el resto de grupos por rango salarial se redujo respecto al cuarto trimestre de 2019.
Algo similar ocurrió en los trabajos meramente formales, es decir, inscritos al Instituto Mexicano del Seguro Social. Al cierre de 2020 se reportó un aumento de 54.5 por ciento en el número de empleados con percepciones equivalentes a un salario mínimo y de 8 por ciento en dos salarios mínimos. En el resto de las bases salariales hubo caídas.
Adicional a los incrementos en los rangos salariales más bajos, Inegi exhibió que 34.2 por ciento de los trabajadores reciben entre uno y dos salarios mínimos en ingresos laborales, 15.3 por ciento entre dos y tres, y 5.7 por ciento no percibe, su remuneración proviene principalmente de propinas.