El Centro Militar de Inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) operó en reiteradas ocasiones ataques en contra del activista Raymundo Ramos, en la franja norte de la República Mexicana, y en donde el activista habría documentado varios casos de abusos de autoridad y asesinatos cometidos por la Sedena al mando de Luis Crescencio Sandoval.
El caso es que el Ejército Mexicano implementó programa Pegasus el cual fue exhibido en octubre del año pasado y que es un programa de espionaje o que emplea metodología no permitida en México, y con la cual habrían atacado las comunicaciones del activista, bajo el presunto argumento de que trabajaba para un cartel del crimen organizado.
Raymundo Ramos fue atacado con Pegasus al menos en cinco ocasiones en 2020 (entre el 16 de agosto y el 3 de septiembre), encontró un análisis forense realizado por Citizen Lab de la Universidad de Toronto, que se ha especializado en detectar los sistemas de NSO Group en todo el mundo.
Antes de los ataques, Raymundo Ramos trabajó en la documentación y denuncia de un ataque del Ejército que terminó con saldo de 12 personas abatidas en calles de Nuevo Laredo. La versión oficial decía que no hubo sobrevivientes tras la balacera, pero una investigación de El Universal reveló que al menos tres víctimas estaban secuestradas y que un civil fue rematado por los soldados.
Guacamaya leaks denunció que mediante este programa la Sedena ha espiado y puede hacerlo, a población civil Una semana antes de los ataques, Ramos se reunió en la Ciudad de México con periodistas de El Universal y también con funcionarios de la Secretaría de Marina y acudió a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Un nuevo documento, encontrado entre los archivos filtrados por el Colectivo Guacamaya, revela que el Centro Militar de Inteligencia (CMI) realizó intervenciones a sus comunicaciones privadas en ese periodo.
El oficio 2001-6861, marcado como Secreto, informa a la ‘Superioridad’ la forma en que Ramos obtuvo datos de este caso y cómo presuntamente los facilitó a periodistas.
La sola existencia del documento comprueba una vez más que el Ejército espía a ciudadanos mexicanos en una operación clandestina, pues la ley no le permite a Sedena intervenir comunicaciones.
El reporte secreto está marcado como parte del Estado Mayor de la Defensa Nacional, que es el órgano técnico operativo que trabaja para el secretario de la Sedena.
También lleva las siglas de la subjefatura de Inteligencia y del Centro Militar de Inteligencia, un organismo que no aparece en la ley ni reglamentos del Ejército.