El presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Sergio Mayer, presentó una iniciativa para inscribir el nombre del compositor y cantante Armando Manzanero con letras de oro en el Muro de Honor del Palacio de San Lázaro. Con ello, dijo, se busca enaltecer y brindar un homenaje post mortem a un mexicano que enalteció el nombre de nuestro país más allá de nuestras fronteras y, a través de su obra artística, reconocida a escala internacional, llevó alegría a todo el mundo.
“Todo ello sin olvidar nunca sus raíces mayas y mexicanas, honor a quien honor merece, y don Armando Manzanero cumple esto a cabalidad”, puntualizó Mayer en su propuesta.
Admitió que la iniciativa para inscribir el nombre de Manzanero al lado de los héroes nacionales podría generar cierta controversia, pero sostuvo que con el gobierno de la llamada cuarta transformación, “lo impensable se hace posible, siempre y cuando sea benéfico para los mexicanos”.
De acuerdo con la iniciativa registrada en el orden del día de la sesión de ayer jueves, la obra de Manzanero puso el nombre de Yucatán y de México en prácticamente todos los países de habla hispana, que reconocieron la importancia de la obra musical de este mexicano sin igual.
Su legado musical trascendió las fronteras de México y su obra fue interpretada por baluartes de talla internacional, entre quienes destacan Frank Sinatra, Elvis Presley, Eddie Gorme, Tony Bennet, Andrea Bocceli, Plácido Domingo, Raphael, Olga Guillot, Angélica María, José Alfredo Jiménez, Susana Zabaleta, Francisco Céspedes, Los Panchos, Luis Miguel y Pedro Vargas.
Armando Manzanero nació el 7 de diciembre de 1935 en el municipio de Ticul, Yucatán, donde vivió en una humilde vivienda de paja que al paso del tiempo se transformó en moderna construcción, la cual quedó en propiedad de familiares de su madre.
A lo largo de su trayectoria, el yucateco se destacó como cantautor, músico, compositor y productor musical; escribió más de 400 canciones, de las cuales más de 50 alcanzaron fama internacional como “Somos novios”, “Adoro” y “Esta tarde vi llover”.
Por más de tres décadas, el maestro dedicó su tiempo y vida a la defensa del derecho autoral, en beneficio de los miembros de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SCAM), de la cual fue presidente hasta el día de su muerte, el pasado 28 de diciembre.