No todos los niños pasan los mejores momentos, algunos como en el caso de la foto, tiene que estar atado en una silla, mientras su mamá vende en su pequeño puesto ubicado en la plaza principal de Valladolid; cuando el niño llora, le dan unos dulces y algún cartón con ilustraciones para calmarlo, en este caso, por sus características su edad fluctúa entre los 2 a 3 años.
-¡Mamá quiero bajarme!-le dice suplicante a su madre
-¡No vez que tengo que atender a la gente, además tú te tiras al suelo, mira como traes la ropa!, le contestó su joven mamá.
Por lo menos la mañana del sábado pasé cerca de 2 horas, entre qué cargo la batería del celular, el niño permaneció atado en una silla roja, mientras su madre atiende a la clientela.
Por lo menos esta escena fue en la plaza principal donde pasan la gente, incluso agentes policíacos, pero parecía que nadie se percata de esta situación en que un bebé crece en estas condiciones.
Otros niños caminan por estos lugares en donde sus padres le compran sus dulces y helados, y en este caso, él la ve solo se limita a llorar, es más escuche que su madre le diga:
“Si te mueves más, te aprieto más el amarre…”
Escenas como este habrán más dolorosos, en donde familias enteras pasan por los peores momentos y sufren los estragos directos de la “pobreza” en donde no se limitan no solo el plano alimenticio, sino incluso la pobreza intelectual, o en caso cuantos niños no tienen la oportunidad de estar cerca de sus padres para aprender de ellos, por tanto, sus aprendizajes quedan limitado a las experiencias de los “otros” que en generalmente son sus amigos de la calle y cuando éstos pasan por igual o peores situaciones.
Como sociedad en donde se encuentra incluida a todos los actores de los tres niveles del gobierno Ellos ¿Qué hacen para paliar la pobreza? Porque hasta el momento es claro, que después de cobrar su mega aguinaldo y los legisladores por aprobar leyes ajenos a la realidad mexicana, ellos si van a disfrutar su “dinero” mientras que millones de ciudadanos mexicanos “a ver que comen” ¿Será que seguiremos con esta indiferencia?.
(BERNARDO CAAMAL ITZA)