El gobierno de Andrés Manuel López Obrador prevé gastar otra gran suma de dinero en la Península en la construcción de un nuevo sistema de distribución de hidrocarburos de Pemex, además de la millonaria inversión aprobada para el Tren Maya.
Según Santiago Casillas Arzac, analista de KPA Energy Solutions, una empresa de consultoría en energía —de Ciudad de México—, este proyecto considera levantar un ducto entre Mérida y Cancún para transportar gasolina, turbosina y diésel y sustituir así al sistema actual de autotanques.
La ejecución de este proyecto, llamado El Peninsular, estará a cargo de Pemex, se desarrollaría a partir de 2022 y su puesta en marcha generaría economías de escala y una gran oferta de empleo en la zona durante su construcción, de acuerdo con Casillas Arzac.
Además de eficientar el sistema de distribución de combustibles, este proyecto es estratégico para Pemex, pues con él López Obrador buscará frenar el avance de la iniciativa privada en el almacenamiento y distribución de hidrocarburos en la Península, actividades reservadas antes solo a Pemex, y que ahora están permitidas por la reforma energética de Enrique Peña Nieto, dice el analista.
Control del gobierno
Debido a esta reforma, desde 2018 funciona en Yucatán una terminal de almacenamiento de combustibles del sector privado, Hidrosur, “que podría acaparar el mercado si Pemex permanece pasivo”, añade.
“Por esto El Peninsular es estratégico política y económicamente para Pemex en este sexenio, ya que frenaría el avance de los particulares en ese rubro, y recobraría para el Estado el control de la venta y distribución de hidrocarburos”.
El proyecto consiste en la construcción de una terminal de almacenamiento y despacho en Cancún y de un poliducto para conectarla con la otra terminal similar que ya existe en Mérida.
También prevé abrir otro poliducto para enlazar la nueva terminal de Cancún con el aeropuerto de esa ciudad —el segundo más grande del país— y, por ende, un gran consumidor de turbosina.
Menos costos
El proyecto planea reducir los costos asociados al modelo logístico actual, que se caracteriza por el uso de “pipas” o autotanques, y optimizar el proceso de abastecimiento de la región.
Éste, al realizarse por medio de ductos, permitirá transportar mayores volúmenes a menores costos, explica Casillas Arzac.
Pemex, por medio de su subsidiaria Pemex Logística, cuenta con dos terminales de almacenamiento y distribución en Yucatán, una en Mérida (en la carretera a Umán) y otra en Progreso.
En ambas se lleva al cabo el proceso de recibo, almacenamiento y despacho de gasolina Premium, Magna, turbosina y diésel.
Las dos terminales están interconectadas con ductos de 8 y 10 pulgadas de diámetro y una longitud de 37 kilómetros.
Pemex surte por vía marítima la demanda de gasolina y diésel de la Península, desde su terminal de “Pajaritos” en Veracruz y de la refinería de Salina Cruz, Oaxaca, hasta su terminal de Progreso y de allí reenvía el combustible a Mérida, donde luego se reparte a los sitios de consumo mediante “pipas”.
Cuando el proyecto comience a operar, la demanda de combustible en la Península será de 40 millones de barriles diarios promedio, con un crecimiento anual del dos por ciento, de acuerdo con Casillas Arzac.
Uso del energético
Este incremento de la demanda sería consecuencia del aumento en el número de automóviles, de los vuelos por avión, que necesitan turbosina, y de vehículos movidos por diésel, incluyendo el transporte ferroviario.
Pemex espera iniciar los trabajos de este nuevo sistema de ductos en 2022, pero aún no se conoce públicamente el monto de la inversión, dice Casillas Arzac. Las obras durarían dos años.
El entonces presidente Peña Nieto anunció la construcción de este sistema peninsular de ductos en 2017 y desde ese entonces se habló de conformar una sociedad entre Pemex y su filial Pemex Logística que aportaría su infraestructura en la Península, y empresas privadas, que darían capital para financiar la construcción de los ductos.
Con tal fin, en el sexenio pasado, Pemex, junto con las transnacionales Trafigura e Hidrobenz, integraron la empresa Ductos El Peninsular S.A.P.I. de C.V., cuya actividad principal sería la construcción y operación del sistema integral de transportación y almacenamiento de productos petrolíferos en la península de Yucatán.
En ese entonces se dijo que de este modo Pemex podría enfrentar en mejores condiciones a la competencia, que ya está emergiendo en la región y cuya logística de distribución se realiza vía autotanques, indica Casillas Arzac.
Reunión empresarial
En septiembre de 2019, agrega, “y así consta en las actas del Consejo de Pemex”, directivos de esa compañía se reunieron con sus socios de Ductos El Peninsular, y les informaron de la decisión de salirse de la sociedad.
La razón fue que a partir de la llegada de López Obrador, dijeron, la paraestatal construiría sola, sin la participación del sector privado, el nuevo sistema de distribución de hidrocarburos.
“No sabemos de dónde saldrá el dinero para eso, pero la decisión de avanzar en el nuevo sistema es correcta”, añade Casillas Arzac.