La Selección femenil de Estados Unidos que se coronó campeona mundial en Francia 2019, presentó una demanda colectiva contra la política discriminatoria de la Federación de Futbol de Estados Unidos ante la diferencia salarial con los varones.
Ante ello, se realizó un acuerdo que contempla un total de 24 millones de dólares, de los cuales 22 millones se repartirán entre las jugadoras de la Selección. La aplicación de los términos del convenio está supeditada a la ratificación de un convenio colectivo entre los jugadores de la Selección Nacional y la U.S. Soccer.
La presidenta de la U.S. Soccer, Cindy Parlow Cone, una exseleccionada nacional, declaró en septiembre que esperaba “armonizar” los bonos que otorgan por la participación de ambas selecciones para resolver la disputa entre este organismo y las futbolistas. El tema de estos bonos fue una parte medular de la demanda presentada por el equipo femenil en 2019, y en particular la presentada por la jugadora estrella Megan Rapinoe, pues acusó a la U.S. Soccer de “negarse obstinadamente” a pagar a sus jugadoras de manera justa.