Para tener mayor certeza de que el Tren Maya no afectará cenotes, grutas y cuevas tendrían que realizar estudios de mecánica del suelo. Pero sería muy tequioso porque es un tramo de más de 500 kilómetros y tendrían que realizar el estudio en cada determinada zona para detectar oquedades; señaló el arqueólogo, antropólogo y espeleobuzo Sergio Grosjean Abimerhi.
“La vibración podría colapsar algún tramo subterráneo. Ya ha habido derrumbes de bóvedas de cenotes, uno muy conocido fue el que aplastó a un turista japonés en Valladolid”, recordó.
“Si se toparan con una cavidad muy grande y la rellenaran acabarían con la fauna, peces y organismos que viven en aguas de los cenotes y que no están registradas ni documentadas, hay poca investigación sobre las especies en los cenotes. Hay algunos que guardan vestigios importantes tanto de la civilización prehispánica como paleontológica. Pero lo más grave si llegaran a rellenar las cavidades es que cortan el flujo del agua subterránea de la península y eso podría ser catastrófico”, apuntó el buzo.
Ardua labor por preservar los cenotes
Grosjean Abimerhi es un explorador de cenotes y ante la contaminación y falta de programas de conservación de esos pozos acuíferos subterráneos fundó la Expedición Grosjean; que se dedica a la limpieza y saneamiento de cenotes, con financiamiento privado y público.
“Está en riesgo que sepulten la historia que hay debajo de la tierra como evidencias en las aguas de los cenotes, pinturas rupestres en cuevas y restos paleontológicos que pudieran permanecer ocultos, se corre el riesgo que desaparezcan especies únicas en el planeta”, reiteró.
“Tengo un estudio sobre la calidad del agua que arroja que el 83% de 60 cenotes donde se analizó el agua está contaminada con heces fecales. Los cenotes están expuestos a la contaminación y este problema se agravará cuando los miles de turistas que traerá el Tren Maya empiecen a dejar su basura en las comunidades porque no hay rellenos sanitarios, todos tiran sus desperdicios al aire libre”.
En desacuerdo con la construcción del Tren Maya
El antropólogo no está de acuerdo con la construcción del Tren Maya porque, según cree, no dejará beneficio a los campesinos y habitantes por donde pasará el ferrocarril rápido porque solo pasará por el lugar. Incluso, desde ahora ve un perjuicio porque los ejidatarios venden su tierra a bajo precio, cuando los promotores saben que en unas décadas esas tierras valdrán una fortuna como se ve ahora en los ejidos de Mérida y en Cancún.
“El Tren Maya será una barrera para los animales que viven en los montes, interrumpirá el paso de los animales”, dijo. “Es un proyecto que en su mayoría de su ejecución es negativa principalmente para la tierra, animales y el agua. Hay un altísimo riesgo de que haya colapsos de tierra. No se puede mapear todos las oquedades porque de acuerdo con un investigador francés hay más de 100 mil cenotes y cuevas en la Península de Yucatán”.
Advirtió que la interrupción del flujo del agua subterránea que conduce el agua de lluvia al mar podría causar desastres como el que se vivió en la zona norte de Mérida cuando se inundó en 2020 y explicó el motivo.
“Tenemos un río subterráneo debajo de nosotros, tanto cimiento de construcciones en el norte de la ciudad ya cortó el flujo natural que se formó durante miles de años y que llevaba directo el agua que baja de los cerros el sur del Estado al mar”, afirmó. “Como ya no tiene el mismo cauce y esa zona es baja, el agua que va al mar buscó dónde salir e inundó fraccionamientos y comisarías del norte de la ciudad”.
El investigador subacuático señala que no conoce el trazo que tendrá el Tren Maya por su paso en territorio meridano. Sabe que cambiaron la idea de que entre a La Plancha por un túnel o un viaducto elevado. Esos tantos cambios de trazo quizá sea por la vulnerabilidad del suelo, pero hasta donde sabe el proyecto no tiene un estudio sobre mecánica del suelo por toda su ruta.
