Emma, con apenas 13 meses de vida, va a pasar a la historia de la medicina como la primera persona del mundo que recibe un trasplante de intestino.
A Emma, que se encuentra en perfecto estado de salud, aunque aún falta que le retiren la alimentación intravenosa, le han trasplantado el hígado, el páncreas, el intestino y parte de estómago en el Hospital La Paz de Madrid.
La novedad de la intervención estriba en que el donante se encontraba en asistolia, es decir, sus funciones cardiorrespiratorias se habían extinguido al consumarse la muerte.
Lo más habitual en la mayoría de los trasplantes es que el fallecido que dona lo órganos desparezca por muerte encefálica, para que no se estropeen los órganos, las vísceras se preservaron mediante un sistema de oxigenación extracorpórea.
Según explicó el padre de Emma, Daniel, llegó un momento en que la niña sufrió un estancamiento de su peso y la situación se volvió muy complicada.
«Antes de entrar al quirófano, nuestra vida era muy dura. Exigía muchos cuidados y llegó un punto en que íbamos a menos, no avanzábamos. El hospital ha sido nuestra salvación. Nuestra vida ha dado un giro de 180 grados. Ahora la niña ya gatea», sostuvo el padre.