Edgar Prz
Inicio esta columna con una plegaria para todos aquellos que están en el difícil trance de la batalla contra el Covid-19, esperando en su pronta recuperación. El Gobernador del Estado Carlos Joaquín, el Monseñor Pedro Pablo Elizondo, varios funcionarios del gabinete, policías, médicos, socorristas, enfermeras, intendentes, en fin, esto demuestra que el virus no tiene distingos ni de raza ni de ninguna otra índole, es universal y ataca todo terreno. Ellos por el carácter de su trabajo y labor contrajeron ese mal, en su afán de ayudar al prójimo, por llevar la palabra y las acciones al servicio de los demás.
Aunque, existe gente que le gusta jugar a lo extremo como los participantes de una fiesta para ver quién salía contagiado, uno ya falleció y de los demás poco se sabe. La osadía no tiene límites. Más de 150 países ya están infectados y eso refleja que no es un juego.
La pandemia a la par que afecta a la gente, a permitido a las autoridades municipales vislumbrar como sacarle provecho. Todos ya publicaron sus edictos reales para imponer sanciones y multas a quienes violen sus decálogos, Hay multas desde dos hasta nueve mil pesos dependiendo el municipio y sino se cubre harán uso del encierro por treinta y seis horas con trabajo comunitario. Intentan copiarle a los gobiernos musulmanes las sanciones para quien no vista de manera reglamentaria . Afectando a quienes menos tienen, a los que por necesidad salen a la calle en busca del sustento; los no asalariados que son una inmensa mayoría. Seria bueno que implementen otras estrategias menos dañinas para la economía popular, no se conviertan en verdugos de sus propios ciudadanos. Se a trastocado la vida comunitaria y familiar, han cambiado los patrones de conducta, las condiciones son totalmente diferentes a las de principios de año y sería bueno preguntar, que tanto se ha aprendido de esta lección?, estamos preparados para enfrentarla? No hay que permitir que nos siga ganando esta batalla, la especie humana es mucho mayor a cualquier pandemia. Ayudemos todos desde nuestras responsabilidades, pongamos de nuestra parte en las indicaciones de las autoridades de salud, seamos mucho más cuidadosos y asépticos; solo basta recordar que todos estamos en la fila sin saberlo…. Por eso, mejor seguiré caminando y tarareando a Juan Luis Guerra con su éxito “en el cielo no hay hospital».